Porque cada piedra en el camino tiene su propósito en nuestra vida.
Agradecer que existen los retos, los competidores, la tentación, las dificultades y los traidores. Sin todo ello no habría oportunidad de mejorar ni sin nuestras debilidades existiría un punto de referencia para conocer los propios límites.
A veces, tocar fondo es lo mejor que puede pasar si después de ahí se está dispuesto a nadar a la superficie; sólo aquellas veces en las que nadar hacia la luz no es opción, es lo único viable.
Si vivir en el fondo, lamentación o víctimizacion es por ahora tu hogar, acéptalo sí de ahí es tu momento para aprender o deja de renegar que es ahí al final del día donde quieres llegar a dormir.
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